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Poema a las tejas

Actualizado: 7 abr 2022



LA TEJA


Teja posees mucha belleza

a pesar de tanta simpleza.

Tu marrón que quita la desazón

y alude a tu constitución de puro barro vernáculo,

que logra fundirse al globo terráqueo.


Tus cualidades pasan desapercibidas

por muchas esferas eruditas,

que te condenan con desdén

como si fueras un rancio andén,

que no permite el adelanto

calificándote de objeto muy basto.


Tus orígenes yacen un tanto inciertos

al igual que el de muchos desiertos,

aunque afirman que próximos al Levante son,

desde tu arribo a los Andes eres su blasón.


Teja que emulas dureza

en realidad, eres pura fiereza,

contra la lluvia y el sol ecuatorial

que se resumen en el adjetivo colosal.



Autor: Esteban Herrera González

Instagram: @esteban.herrera.gonzalez



  • Foto 1: tejados del Centro Histórico de Quito vistos desde el monasterio carmelita de San José, con dirección oeste destacan las cúpulas de color rojizo pertenecientes al convento de Santa Clara y en último plano, el imponente volcán Pichincha.


  • Foto 2: techumbres del Centro Histórico de Cuenca donde se observa hacia el lado izquierdo, las torres y cúpula de la iglesia del Santo Cenáculo, y en último plano al Turi, pequeña elevación que forma parte del sistema montañoso que rodea esta ciudad del austro ecuatoriano.


Nota: aunque este espacio se ha concebido en mayor medida para la difusión histórica, otro de los intereses se suscribe a generar conciencia respecto a la preservación del patrimonio tangible e intangible. En este sentido, uno de los elementos que se han convertido como emblemáticos sobre todo en las ciudades de la sierra ecuatoriana, es la teja.


Por lo tanto, esta poesía la compuse como una forma de rendir homenaje a este valiosa pieza arquitectónica, que por los avatares de la contemporaneidad va cayendo en desuso o es reemplazada por tejas sintéticas, lo que ocasiona que los saberes en torno a su fabricación sean olvidados.

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