La casa Mary Corylé: historia constructiva de la morada de una egregia poeta
- Reconstruyendo el pasado
- 18 ago 2020
- 16 Min. de lectura
Actualizado: 8 ene 2022

RESUMEN: El propósito del presente artículo es develar la historia que esconde una pequeña casa emplazada en el tradicional barrio de El Vecino de Cuenca y catalogada como patrimonio edificado de esta ciudad, tanto por su configuración como por las memorias que encierra, ya que a partir de la segunda mitad de la anterior centuria fue morada de la laureada poeta Mary Corylé, seudónimo de María Ramona Cordero y León, quien destacó por sus ideas de corte feminista y está considerada por la historiografía de la poesía ecuatoriana, como una de sus más grandes exponentes y por ende, figura en los anales de la literatura nacional del siglo XX. Su obra ha sido elogiada por personalidades de gran eminencia en el mundo de las letras, destacando en este sentido la chilena Gabriela Mistral .
Palabras claves: Cuenca, poeta, casa, patrimonio, El Vecino, historia, siglo XX, pintura mural.
I.- INTRODUCCIÓN.
Todos los personajes que han pasado a la posteridad y poseen un sitial de relevancia en los anales históricos, se caracterizan por haber desarrollado sus capacidades y aptitudes en lugares físicos concretos; por lo cual, éstos podrían catalogarse en una suerte de símbolos de su proceso evolutivo. En este sentido, una edificación no debe ser considerada sólo como un mero hecho constructivo y justamente, uno de los métodos para historiarla es a través de los sujetos que vivieron en ella.
Tomando en cuenta lo acotado, un inmueble puede ser definido como bien patrimonial, no sólo desde la óptica de lo material, sino también por ser un baúl de recuerdos compuesto de historias personales, que permean la memoria colectiva y vienen a forjar un acervo inmaterial, el cual es la piedra angular en la conformación de una identidad ciudadana.
Un caso que ejemplifica de forma integral dicho particular, es el inmueble objeto de este estudio, el cual adquirió gran relevancia en el imaginario colectivo de los cuencanos y sobre todo en el de los moradores del barrio El Vecino; no tanto por su materialidad, ya que a pesar de estar categorizado como VAR B[1], lo que le posiciona dentro del legado del patrimonio edificado de la ciudad, su distinción reside en el hecho de que aquí habitó María Ramona Cordero y León.
La existencia de esta hija de Apolo no pasó desapercibida e hizo correr grandes ríos de tinta. María Ramona ha sido biografiada en múltiples ocasiones, pero la investigadora Raquel Rodas Morales es quien entretejió de mejor manera su vida; sin embargo, después de analizar todas estas semblanzas, ninguna menciona tácitamente la vivienda donde trascurrieron sus postreros años al igual que la residencia donde se crió, respecto a esta última se alusiones de forma parcial, acotándose que fue propiedad de sus progenitores, se denominó “casa abuela”[2] y estuvo ubicada en las inmediaciones del río Tomebamba.[3]
Estos vacíos en torno a la morada de la poeta, germinaron el terreno para el génesis de la presente investigación. En este punto, hay que resaltar que durante la época, en que la biografiada se trasladó a vivir al barrio de El Vecino, escribió gran parte de su obra[4] y fue entre estas paredes que logró dar rienda suelta a sus impulsos, que materializó en sus escritos; los cuales denotan sus procesos reflexivos que le permitieron fraguarse una identidad propia e individual, que le permitió superar ciertos patrones preestablecidos para las mujeres de su época.
II.- VIDA DE MARÍA RAMONA CORDERO Y LEÓN.
Antes de introducirnos de lleno en el análisis de la vivienda, es oportuno hacer una breve descripción de la vida y obra de la poeta. Ramona nació el 21 de mayo de 1894, según consta en el registro de bautismos de la parroquia del Sagrario,[5] en el seno de una familia muy vinculada al quehacer literario[6]; su padre fue Benjamín Cordero sobrino del ex presidente de la República Luis Cordero y su madre Ángeles León, quien también sobresalió como prosista en la capital azuaya[7]. Con apenas trece años, empezó a escribir sus primeros versos, por eso desde su adolescencia ya se consagró como poetiza[8].
La instrucción básica la recibió en la Escuela Central de parte de las Hermanas de la Caridad, en 1890 continuó sus estudios en el Instituto de las Catalinas, fundado por una pariente suya; desde época colegial, ya demostró cierta disconformidad con el sistema y criticó los paradigmas que reinaban en la sociedad. Durante esta etapa destinó largas horas a la práctica de la mandolina, dedicó jornadas enteras en la biblioteca y compartió extendidos coloquios con su padre y otros intelectuales.[9]
La vida de esta morlaca aconteció entre dos épocas claramente diferenciadas e influenciadas por el cambio de centuria: por un lado, el decimonónico, compuesto por todos los mitos religiosos y una moral cristiana heredada de la época virreinal y por el otro, los nuevos bríos del siglo XX, que mostraban una emancipación, propugnando una mentalidad más liberada, sediciosa e irreverente.[10]
En base de lo antedicho, se puede afirmar que ella fue fruto de aquel momento histórico y el haber vivido en ese espacio-temporal, le vinculócategóricamente al movimiento modernista, que fue el que estuvo en boga por aquellos años[11] y cuya característica más sobresaliente fungió en una visión realista del mundo, a diferencia de la etapa previa denominada romanticismo que concibió el entorno de forma idealizada.[12]
De manera simultánea, en el contexto nacional se fue desarrollando el realismo social, tendencia que incorporó nuevos personajes al espectro de la colectividad, donde los grupos menos privilegiados como obreros, indígenas y mujeres tuvieron más cabida;[13] esto ocasionó, que cualquier expresión de índole artística se agudizara y sitúe al paisaje y los sentimientos personales en segundo plano, tomando como leitmotiv la explotación y el maltrato hacia el indígena,[14] por una parte y por otra, la sensorialidad y la sensualidad que emana de las cosas y los seres humanos.[15]
Ramona tuvo un fuerte vínculo con dos de sus hermanos, Rigoberto y Leopoldo; al primero le llevó 20 años y prácticamente fue una madre e institutriz para él, además su apoyo fue decisivo en la producción poética de la cuencana. [16] El segundo, se desempeñó como sacerdote de parroquia, por lo cual tuvo acceso al curato que regentaba, lo que le posibilitó vislumbrar las condiciones de vida de las familias indígenas, que ocasionó una expansión en su conciencia social.[17]
En función de lo acotado, es preciso recalcar que en la poesía “marycorderiana” se atisban halos de sensualidad y feminismo, lo segundo da cuenta de la condición de opresión en que vivían las de su género. En cambio, sus cuentos evidencian el estado de podredumbre de varias etnias, las cuales históricamente habían sido oprimidas, vulneradas y deshumanizadas;[18] el objetivo de dichos textos fue protestar y denunciar la configuración de un sistema constituido durante la colonia. [19]
En relación al aspecto amoroso, Ramona desistió de la idea de contraer matrimonio, aunque tuvo la oportunidad de casarse con su primo Remigio Romero Cordero, pero el hecho de que su oficio sea también el de poeta,[20] le hizo cuestionarse y decantarse por una negativa, fundamentando su decisión, en base a que era una idea inviable. Aquí ya se advirtió, su posición de ruptura frente a los cánones patriarcales de la época[21] y su condición de mujer transgresora,[22] particulares que consolidó durante la tercera década del siglo XX, cuando vivió en Quito donde se vinculó con mujeres que militaban por esta causa, de una forma organizada y buscaban una emancipación del género femenino.[23]
En la capital también pudo dilatar su círculo social y entablar amistades con personajes que compartían intereses similares, lo que la llevó a vivir de forma bohemia y alocada. [24] Según la percepción de muchos críticos literarios, esta etapa la afianzó como precursora de la liberación femenina en el Ecuador.[25]
El perfil psicológico de María Ramona se caracterizó por la apertura a nuevas ideas y percepciones; en ella destacó la sensibilidad ante la naturaleza pura, lo cual le dotó de un respeto total por la desnudez y los cuerpos.[26] Este punto, influyó en su búsqueda por el rompimiento de esquemas e ir contracorriente,[27] imitando a muchas mujeres en la historia de la humanidad, quienes en otros contextos y épocas, se revelaron a su manera contra el sistema patriarcal.
Un personaje de gran influencia en Occidente, quien encarnó dichas características, ya que fomentó una reforma a una Orden religiosa en pleno siglo XVI, a pesar de su condición como mujer, fue Teresa de Ávila,[28] a quien la biografiada le dedicó un poema.[29] Todas estas particularidades en el genio de Mary Corylé, se resumen en el planteamiento que hizo para su vida, ya que dijo estar “casada con la poesía” y que la única “hija” que tenía era su biblioteca.[30]
Su vida, llegó al ocaso el 7 de mayo de 1976 y fue enterrada en el Cementerio Patrimonial de Cuenca en el sector G, ya que según consta en el archivo del Registro de la Propiedad de esta urbe: “la Municipalidad enajenó a Rigoberto Cordero y León el lote de terreno de primera clase nº17 con una superficie de 3,75 mt2”, en la necrópolis señalada anteriormente para depositar los restos mortales de su hermana literata [31]
III.- ANÁLISIS MATERIAL DE LA CASA “MARY CORYLÉ”.
Este emplazamiento fue el refugio de María Ramona en la última etapa de su vida, pero la información que se ha proporcionado sobre este inmueble es exigua. Antonio Lloret Bastidas, cronista de la ciudad de Cuenca durante el siglo XX, afirmó es una “casa colmada de arte”,[32] declaración que pone en evidencia la condición del bien como depositario de un acervo patrimonial de importancia. Aquí la poeta moró rodeada de libros y acostumbró a recibir a periodistas y jóvenes escritores, quienes ansiaban compartir un momento para contagiarse de su erudicción.[33]
Por lo acotado, la vivienda puede catalogarse como una de las más sobresalientes del barrio de El Vecino, el cual está situado en el extremo nororiental del Centro Histórico de Cuenca y funciona como una suerte de lindero entre la ciudad vieja y moderna.[34] La ubicación exacta de la edificación, es la tradicional calle Rafael María Arízaga, que hasta bien entrada la anterior centuria se denominó Sandes;[35] este particular, le provee de un añadido extra, ya que en el imaginario popular dicha arteria vial es concebida como una de las más representativas de la urbe, debido a su tipología que se caracteriza por ser estrecha, la presencia de un adoquinado a base de piedra andesita y estar flanqueada por casas con balcones ornamentados de flores.
Respecto al estilo, la propiedad que perteneció a María Ramona, encasilla en la muestra clásica de arquitectura vernácula regional[36] del austro ecuatoriano; en su construcción se usaron materiales tradicionales de esta zona, ya que la cimentación es de piedra, los muros de adobe y bahareque. No obstante, hay ciertas adiciones hechas en ladrillo, bloque y cemento, sobre todo en la terraza, que ponen en evidencia modificaciones ulteriores, las cuales no se corresponden con su manufactura inicial, lo que lleva a concluir que son añadidos que se realizaron conforme a las necesidades. Finalmente, las puertas son simétricas y de carpintería simple, posee cuatro habitaciones y un patio interior. [37]
En este inmueble, existen detalles que patentizan su vínculo a un personaje de cierta notoriedad, en este sentido hay que destacar la presencia de falsos frescos y pintura tabular en su interior; la mayor parte de estas figuraciones son ornamentales y consisten en formas grecorromanas y florales. En dichas composiciones se han utilizado tres colores: el blanco que alterna con el rosa fuerte y el azul cielo;[38] en términos estilísticos, las representaciones de los muros encasillan en la tendencia neoclásica pero los rosetones que decoran la techumbre, son más propios del rococó, ya que presentan asimetría e imitan los contornos de las conchas, [39] estas formas artísticas son definidas con la palabra “rocalla”, que es de donde proviene el nombre de este género.[40]
Datar estas piezas pictóricas es tarea compleja, pero hay que añadir que las mismas guardan relación con los murales que se localizan en la Escuela de los Hermanos Cristianos (calles Gran Colombia y Hermano Miguel); cuando se analizaron estas obras, se vincularon al círculo del connotado artista Nicolás Vivar, quien estuvo en activo durante la primera mitad del siglo XX.[41] Por lo cual, es muy probable que las mismas se ejecutaron en la etapa que Mary Corylé habitó este espacio.
Otro elemento de gran interés al interior de la vivienda, es la escalera que conduce a la terraza. La misma está elaborada en ladrillo con mortero de cal y arena, descansa sobre una bóveda cilíndrica cortada en la mitad, que le proporciona sostenibilidad, lo que conduce a identificarla como una estructura portante.[42] El uso de este tipo de sistema constructivo en el graderío debe destacarse, ya que es excepcional en el contexto cuencano. En antaño fue usual que los carpinteros sean los artífices de estos elementos, pero en este caso concreto debió ser realizada por un maestro mayor, quien con seguridad aprendió esta tecnología de algunas de las diversas construcciones de la urbe que la emplearon, como el “Puente del Centenario” (1920) o el acueducto del río Yanuncay (1905-194).
El único inmueble que se identificó con una escalinata similar a la de la vivienda de la poetiza, es la casa de Chaguarchimbana; este particular, condujo a una inevitable reflexión y es que en la ciudad del Tomebamba, existió un alarife que se propuso realizar gradas usando esta técnica, lo que de cierta manera se podría definir como una suerte de sello personal; algo parecido a lo que ocurre con el almohadillado presente en diversos edificios cuencanos, que es la marca particular del Maestro Juan Luis Lupercio Chumbi.
Después de analizar los distintos tipos de escaleras que se han ido configurando a lo largo de la historia de la arquitectura, es un hecho patente que la de la casa en cuestión, encasilla en la tipología “catalana de bóveda cilíndrica”,[43] por ser tabicada y en función de que los peldaños son de tipo recto y multipiezas. Además, su materialidad es el ladrillo, lo cual enfatiza su vinculación con uno de los oficios más tradicionales de Cuenca.
A pesar de que la ejecución de este elemento, difícilmente se corresponde con la fecha en que se erigió el inmueble, es indispensable tener en cuenta que “las valiosas aportaciones de todas las épocas en la edificación de un monumento deben ser respetadas”,[44] por lo cual es concluyente que este agregado no es invasivo y facilita la lectura histórica, posibilitando determinar cuestiones específicas de la vivienda.

IV. CRONOLOGÍA DE LOS PROPIETARIOS DE LA CASA “MARY CORYLÉ”.
La referencia más antigua data de 1905 y corresponde a una venta celebrada entre Agustín Vásquez y José Jaramillo, en la cual se indicó que el primero, enajenó a favor del segundo un cuerpo de terreno con dos casas de habitación por 1200 sucres.[45] Es importante acotar, que en este documento no se especificó desde cuándo el vendedor era dueño del inmueble[46] y además, después de analizar minuciosamente los datos, tampoco se pudo colegir si al momento de la transacción, el bien estaba configurado en la forma que se encuentra en la actualidad.
Por otro lado, hay que hacer hincapié en que el precio de esta venta es algo desconcertante, ya que por los mismos años una casa en barrios mucho más céntricos como San Sebastián se tasaba en 800 sucres; [47] situación que de seguro tuvo su razón de ser, en función de que El Vecino por aquella época estuvo muy vinculado con la actividad comercial que implicaba la producción de sombreros de paja toquilla, por eso la demanda de emplazamientos para establecer factorías ya sean industriales o artesanales debió ser alta y los precios se dispararon.
La siguiente alusión a esta vivienda patrimonial es de 1929, cuando José Jaramillo enajenó a favor de Benigno Herrera Cabrera y Rosario Jaramillo de Herrera una de las tiendas que adquirió años antes; el precio de esta transacción fue de 1000 sucres y en la escritura se acotó que consistió en una casa de habitación con su terreno huertos y patios.[48] Llama la atención que aquí se afirmó, que en el lindero norte estaban más terrenos del vendedor y una acequia de regadío al medio, la cual seguramente fue la que bajaba del molino de Cullca.
En la escritura fechada en 10 de marzo de 1950, Benigno Herrera vendió por 3500 sucres a Rigoberto Cordero y León, una casa con su huerto, el cual tenía un total de 477 mt2 . En esta enajenación se puede observar que se omitió los terrenos y los patios al compararla con la de finales de la década de los treinta, los cuales quedaron en manos del vendedor como lo evidencia el otorgamiento. Esta situación nos permite concluir, que la casa “Mary Corylé” tuvo hasta la mitad de la anterior centuria: patio, traspatio y huerta, y que la misma posee su forma actual en base a la configuración de las distintas divisiones ejecutadas a través del tiempo. [49]
Durante la etapa que Rigoberto fue dueño de la propiedad, María Ramona moró en esta vivienda, por lo que, en el imaginario popular del barrio la figura de la literata se consagró y vinculó con el sector de El Vecino, el cual la tomó como propia, al punto de que llegó a constituirse en un emblema de esta zona norte de la urbe.[50]
Siete años después de la muerte de Mary Corylé, es decir en 1983, Rigoberto Cordero y León vendió el inmueble a Cristina Chucaralao Cahuana, quien la adquirió en calidad de nuda propietaria por 3’045.000 sucres.[51] En el protocolo se describió que el objeto de esa enajenación era una casa de habitación y un lote de terreno, que por estar contiguos formaban un solo cuerpo. Además, de dicha transacción se puede concluir que Rigoberto también fue dueño de la propiedad que lindaba hacia el norte, ya que en los límites se señaló: “lote nº2 que Rigoberto Cordero le vendió a Jaime Vélez. [52]
En 1987, la adquiriente lotizó la propiedad y la misma se estableció en 213, 80 mt2; durante los años que poseyó esta mujer el inmueble, se realizó un plano que fue localizado en una cancelación de reserva con fecha de 31 de marzo del 2000. [53] En 2008 Cristina Chucaralao le vendió la propiedad a Víctor Hugo Albarracín Chacón, a través de José Modesto Albarracín Gutiérrez por la cantidad $27720 y según reza la escritura el objeto de esta enajenación “fue un terreno y una casa de habitación.” [54] Finalmente, en 2009 Albarracín le transfirió al Municipio de Cuenca este emplazamiento por $46961 y en base a lo expuesto el contrato, tenía un área de 213,80 mt2 e iba a ser destinado a Centro Cultural. [55]

V.- CONCLUSIONES.
La investigación en torno a la casa “Mary Corylé” ha permitido ratificar su calificación como parte del acervo edificado de la ciudad. Los resultados presentados son claros y concisos, ya que demuestran empíricamente que la vivienda posee un patrimonio mueble considerable, el cual está yace en la pintura mural y tabular. Además, los métodos constructivos que se emplearon en la conformación de este emplazamiento y de su grada dan cuenta de un saber ancestral, el cual se enmarca tanto en las técnicas vernáculas propias del austro ecuatoriano y por otro, el conocimiento germinado a partir de la academia y que se importó desde Europa.
Finalmente y no por eso menos importante, las memorias del inmueble también yacen en la evidencia que se encontró en torno a sus distintos propietarios, quienes se constituyen como parte intrínseca de la historia de este espacio; pero sin duda en este sentido, hay que destacar la etapa en que fue morada de María Ramona Cordero y León, ya que ella hizo de esta casa un lugar dedicado al arte y la cultura, donde se fomentó el amor por las letras y por lo tanto, puede ser catalogado como elíseo de la poesía y la ilustración morlaca.
NOTAS
[1] Registro de Edificaciones Patrimoniales del Municipio de Cuenca de 2009. [2] Raquel Rodas Morales, Mary Corylé: poeta del amor (Quito: Fondo Editorial, 2012) p. 139. [3] Ana Lucía Cordero, “La Señora Sol de los Andes: Mary Corylé”, La Pluma, nº 606, suplemento de El Tiempo, (Cuenca), 23 de agosto, 2007, 7. [4] Raquel Rodas Morales, Mary Corylé: poeta del amor (Quito: Fondo Editorial, 2012) p. 290. [5] Raquel Rodas Morales, Mary Corylé: poeta del amor (Quito: Fondo Editorial, 2012) p. 23. [6] Raquel Rodas Morales, Mary Corylé: poeta del amor (Quito: Fondo Editorial, 2012) p. 24. [7] Mónika López Áviles, “Casas patrimoniales”. El Mercurio, (Cuenca), 02 de diciembre, 2010. [8] Raquel Rodas Morales, “Mujeres que hicieron camino. Mary Corylé”, CARACOLA, 5, Quito, 2002, p. 25. [9], Raquel Rodas Morales, Mary Corylé: poeta del amor (Quito: Fondo Editorial, 2012) 87-88-89. [10] Raquel Rodas Morales, Mary Corylé: poeta del amor (Quito: Fondo Editorial, 2012) 39. [11] Antonella Caralota, “El modernismo en Ecuador y la generación decapitada” (Tesis doctoral, Universidad Nacional de Educación a Distancia, Facultad de Filología, Departamento de Literatura Española y Teoría de la Literatura, 2015) 29-30. [12] Raquel Rodas Morales, Mary Corylé: poeta del amor (Quito: Fondo Editorial, 2012) 43. [13] Rodrigo Alfonso Espín, “Tres autores representativos del cuento ecuatoriano” (Tesis de maestría, PUCE, Facutad de Comunicación, Lingüística y Literatura, 2013) 38-39. [14] Rodrigo Alfonso Espín, “Tres autores representativos del cuento ecuatoriano” (Tesis de maestría, PUCE, Facutad de Comunicación, Lingüística y Literatura, 2013) 35-36. [15] Raquel Rodas Morales, Mary Corylé: poeta del amor (Quito: Fondo Editorial, 2012) 48. [16] Raquel Rodas Morales, Mary Corylé: poeta del amor (Quito: Fondo Editorial, 2012) 60. [17] Raquel Rodas Morales, Mary Corylé: poeta del amor (Quito: Fondo Editorial, 2012) 65. [18] Raquel Rodas Morales, Mary Corylé: poeta del amor (Quito: Fondo Editorial, 2012) 230. [19] Varios autores, Antología de narradoras ecuatorianas ed: Miguel Donoso Pareja (Quito, LIBRESA, 1997) 35. [20] Rigoberto Cordero y León, “Presencia de la poesía cuencana 2”, Separata de la revista Anales de la Universidad de Cuenca, nº2 (1952): 43. [21] Raquel Rodas Morales, Mary Corylé: poeta del amor (Quito: Fondo Editorial, 2012) 267. [22] Jennie Carrasco Molina, “Entre la vida y la palabra” en Historia de mujeres e historia de género en el Ecuador ed: Giovanna Valdivieso Latorre (Quito; IPANC-CAB, 2009) 258. [23] Raquel Rodas Morales, Mary Corylé: poeta del amor (Quito: Fondo Editorial, 2012) 267. [24] Raquel Rodas Morales, Mary Corylé: poeta del amor (Quito: Fondo Editorial, 2012), 140-142. [25] Raquel Rodas Morales, Mary Corylé: poeta del amor (Quito: Fondo Editorial, 2012) 143. [26] Raquel Rodas Morales, Mary Corylé: poeta del amor (Quito: Fondo Editorial, 2012) 273. [27] María Eugenia Paz y Miño, Transitando huellas: el rastro de la huella en el tiempo (Quito: Fundación Mandrágora Artes Escénicas, 2013) 14. [28] Giselle Gómez, “Teresa de Jesús y las teologías feministas ¿Fue feminista Teresa de Jesús?”, Razón y Fé, nº 1403 (2015): 130. [29] Jennie Carrasco Molina, “Entre la vida y la palabra” en Historia de mujeres e historia de género en el Ecuador ed: Giovanna Valdivieso Latorre (Quito; IPANC-CAB, 2009) 258. [30] Raquel Rodas Morales, “La ambigüedad del género”. El Telégrafo. (Cuenca), 10 de marzo, 2014. [31]Registro de Propiedad Mayor Nº1183 (2 de junio de 1976). [32] Raquel Rodas Morales, Mary Corylé: poeta del amor (Quito: Fondo Editorial, 2012). 282. [33] Raquel Rodas Morales, Mary Corylé: poeta del amor (Quito: Fondo Editorial, 2012) 282. [34] Bolívar Pérez, “Vecinito, un barrio de tradición”. El Tiempo. (Cuenca), 11 de marzo, 2014. [35] Registro 3ero 80 (1929) [36] Mónika López Avilés, “Caracterización, estudio, diagnóstico y propuesta de intervención de la pintura mural de la casa Mary Corylé” (Cuenca, inédito, 2010), 3. [37] Mónika López Avilés, “Caracterización, estudio, diagnóstico y propuesta de intervención de la pintura mural de la casa Mary Corylé” (Cuenca, inédito, 2010), 5. [38] Mónika López Avilés, “Caracterización, estudio, diagnóstico y propuesta de intervención de la pintura mural de la casa Mary Corylé” (Cuenca, inédito, 2010), 5. [39] Iván Rega Castro y Xosé Carlos Beiró Piñeiro, “La introducción del rococó en el Arzobispado de Santiago de Compostela y los retablos del antiguo convento de los Carmelitas de Padrón”, IMAFRONTE, nº 19-20 (2007-2008) 377. [40] Pedro Luis Echeverría Goñi y José Javier Vélez Chaurri, La sillería rococó y el facistol manierista de la parroquia de Lanciego (Astigarraga, Eusko Ikaskuntza, 2016) 27. [41]Esteban Herrera y María Tómmerbakk, Pintura Mural en la Escuela de los Hermanos Cristianos (Cuenca, inédito, 2017), 11. [42]Conjunto de elementos estructurales que a más de sostenerse a sí mismos, constituyen el soporte y apoyo de otros sistemas más complejos. [43] Ana Domingo y Gabriel, Diccionario visual de la construcción, nº2 (Barcelona, Generalitat de Catalunya, 2001) 19. [44] Carta internacional sobre la conservación y la restauración de monumentos y sitios (Carta de Venecia 1964). [45] Registro 3ero (181) 1905. [46] Existe un dato acerca de una hipoteca de una casa en el barrio del Vecino hecha por Agustín Vásquez a favor de José Manuel Tinoco, no se ha podido determinar si esta transacción corresponde [47] ANH/C, L.48 f. 280v (1900). [48] Registro 3ero 80 (1929) [49] Registro de propiedad mayor nº 551 (1950) [50] Mayra Alexandra Toledo Guallpa, “Memorias de la calle Rafael María Arízaga mediante ilustaciones del imaginario pasado de sus adultos mayor” (Tesis de grado, Universidad de Cuenca, Facultad de Artes, Escuela de Artes Visuales, 2013) 16. [51] El nudo propietario es el dueño de la cosa, pero con la importante limitación de que existe un usufructo (derecho de poder usar y disfrutar la cosa) que pertenece a otra persona. Sin embargo, el usufructo no puede ser indefinido, y siempre tiene un término (ya sea un término fijo o, en el caso de usufructo vitalicio, hasta la muerte del usufructuario). [52] Registro de Propiedad nº 4929 (1996) [53] Cancelación de Reserva nº 1255 (31 de marzo del 2000) [54] Registro de Popiedad nº 6335 (2008) [55] registro de propiedad nº 93 (2009)
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